5 de junio de 2013

¿Sabías que...? Hoy, Esclavistas Von Catán

¿Sabías que en los 80, el colectivo Kolonialverein diseñó un prototipo idéntico en lo esencial al eurojuego de mesa más popular de todos los tiempos? ¿O que solo el espíritu timorato de las editoriales impidió su publicación cuando Klaus Teuber aun ejercía como protésico dental y los ahora célebres Descubridores no se habían asomado siquiera a las puertas de su imaginación? - Dimentos Raf & Earl, Licenciados en casi todo por Google y la Wikipedia -

"El peligro de hurgar en la memoria y remover las aguas del Pasado es observar que las mecánicas del Gran Juego, aun siendo más sofisticadas que antaño, no han cambiado y persiguen un objetivo común." Dimento Raf, enamorado de sí mismo.

"Sí, sí, seguro que el lenguaje ha refinado la experiencia de lo siniestro, de lo salvaje y brutal, disimulando su iniquidad bajo el barniz de lo moderno... Ahora bien, para serte sincero, yo prefiero el plástico a la madera." Dimento Earl, a lo suyo.

¿Sabías que a mediados de los 80, la Deutscher Kolonialverein, asociación de reconocido prestigio en el circuito lúdico independiente radicada en Munich, diseñó un prototipo idéntico en lo esencial al eurojuego de mesa más popular de todos los tiempos, aunque basado en un episodio histórico execrable e ignominioso para la especie en su conjunto?

¿Sabías que solo el espíritu timorato y la falta de visión comercial de los ejecutivos de las editoriales impidió su salida al mercado cuando Klaus Teuber aun ejercía de protésico dental a jornada completa y los ahora célebres Descubridores no se habían asomado siquiera a las puertas de su imaginación?

Nosotros sí, pero por humildad no teníamos previsto contarlo. Hasta ahora.

Será porque con la llegada de la jornada escolar intensiva, las partidas programadas y pendientes de jugar se nos acumulan y no tenemos grandes hazañas acaecidas sobre el tapete que reseñar; será porque la fiel audiencia del blog es omnívora y degusta con igual placer y fruición un artículo regurgitado durante horas en la mollera de su autor que una entrada-filler * escrita a vuelapluma por los dimentos en comandita, o será porque el hedor de las directices procedentes de las autoridades financieras recomendando suprimir el salario mínimo interprofesional nos retrotrae al contexto laboral en que se desarrolla el juego en cuestión. Sea por lo que fuere, hemos decidido desbrozar a machetazos la senda del Conocimiento y compartir contigo, querido lector, esta lección de Historia en forma de crónica sin moraleja. Ahí va eso.

Esclavistas Von Catán, proyecto inédito de 2 a 4 jugadores diseñado en régimen de cooperativa por el colectivo Kolonialverein mucho antes del auge del crowdfunding, en 1985, cuando se cumplía el primer centenario de la Conferencia de Berlín, e ilustrado por un sobrino-nieto de Hergé. Ambientado en el África de finales del siglo XIX, los creadores de esta demo proponían a sus coetáneos meterse en el pellejo de unos intrépidos exploradores al servicio de los grandes imperios coloniales europeos de la época. Su misión, someter a la población autóctona, hacerse con el control de las materias primas del continente negro y expoliarlas a dos carrillos antes que el resto de sus rivales. Al acabar el último turno, el contendiente que hubiese obtenido una mayor puntuación, que solía coincidir con el ocupante más diestro en lo que a aprovecharse y joder al prójimo se refiere, era el encargado de pilotar el zeppelín fletado para evacuar a los miembros de la Administración blanca en su huída del azote de la guerrilla Mau Mau.



Cuatro eran las naciones participantes en esta loca carrera hacia el Progreso: Alemania, Bélgica, Francia y Gran Bretaña. A la hora de decidirse por un bando u otro, además de su grado de afinidad sentimental e ideológica, los jugadores debían considerar que la ubicación en el mapa de las construcciones que recibía de inicio cada una de las potencias - dos asentamientos y dos vías de comunicación - estaba determinada de antemano: los ingleses se situaban en las proximidades de los extremos del eje norte-sur; los franceses hacían lo propio en la perpendicular de este a oeste; los súbditos belgas orbitaban en torno a la casilla yerma central, y los alemanes, si bien eran libres de fijar a su antojo las coordenadas de sus primeras bases, debían esperar a que el resto de países hubiesen establecido sus posiciones de partida para sumarse al festín. Un anexo a las instrucciones preveía un modo pacífico de resolver los conflictos que pudiesen derivarse de esta elección, pero la única copia de las FAQ que llegó a circular desapareció sin dejar rastro.

A modo de homenaje a los cartógrafos decimonónicos responsables del trazado casi rectilíneo de las fronteras africanas, el tablero era un hexágono perfecto conformado por losetas de seis lados divisibles en tres grandes categorías: un perímetro costero con determinadas zonas portuarias en las que prosperar canjeando mercancía a buen precio, la superficie continental, rica en recursos sin explotar,  y el enclave céntrico y estéril ya mentado en el párrafo anterior, el corazón de las tinieblas de Catán, el eje donde debía colocarse, en principio, a un peón mercenario tallado en ébano muy hijo de puta e inspirado por eso mismo en el rey Leopoldo II. La edición especial proyectada por sus autores, además de tantas fustas como posibles jugadores, incluía una foto adhesiva del monarca y un escupidero decorativo en cuyo fondo iría pegada.

Las materias primas disponibles en las 19 zonas interiores, una por parcela, eran cinco: oro, diamantes, caucho, marfil, y mano de obra de saldo, todas imprescindibles para levantar y conectar entre sí las infraestructuras con las que podía ampliarse el número de territorios a saquear. Y sobre cada una de ellas se disponía un marcador identificativo con un número del dos al doce, como en Watchmen o casi. Las reglas para proveerse de tales riquezas y el sistema general de juego no diferían ni un ápice de las del hoy aplaudidísimo, pero posterior, Colonos de Catán. Inquietante, ¿verdad?

Y por si fuera poco, en los archivos de la asociación se han encontrado apuntes y bocetos de expansiones muy similares a las que con siglas casi idénticas han venido copando los estantes de la tiendas en los últimos años, como una ampliación para familias numerosas de 5 a 8 miembros incluyendo a clásicos de la Colonización como España, Italia, Holanda y Portugal o una versión futurista centrada en la extracción de litio, petróleo y coltán que nada hubiera tenido que envidiar a los actuales guiños dirigidos a los trekkies en particular y a los fanáticos de la ciencia ficción en general.

Debido a causas aún no esclarecidas, un proyecto que reunía todas las cualidades necesarias para convertirse en un éxito sin precedentes, no llegó a mecerse siquiera en el maternal regazo de una editorial. Habría que aguardar una década de brazos cruzados hasta que un producto similar fuese capaz de colmar las expectativas latentes de muchos, esparciendo el virus eurogamer con una fuerza nunca vista y sembrando de jugones el continente y el Kosmos.

Si la agenda nos lo permite, la próxima semana, en Sabías que, abordaremos otro expediente del misterio: Carkhatán Horror, ¿realidad o leyenda?

Ninguna tienda que se precie renunciaría a poner a la venta semejante prodigio lúdico, pero de momento, nos conformamos con ofrecerte su secuela más conocida, Colonos de Catán, por 39,55 €. Visítanos en Dimento Games.

* Para consultar la definición de este dimento-término,  seguir este enlace: ¿Entradas filler? Hablemos de palabras?


Música de fondo de la crónica: Live at the Village Vanguard (1961) -John Coltrane

2 comentarios:

La verdad es que os estamos siguiendo la pista! y nosotros que acabamos de empezar estamos fascinados! Lo haceis muy bien chicos! Gracias por vuetra información!

Gracias a por vosotros por leer el blog, acabamos de descubrir vuestra iniciativa y nos encanta veros por aquí ;-)
Un saludo!!

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