La primera y única tienda regentada por los Dimentos

¡Conócenos en www.dimentogames.com!

Aventureros al Tren Europa - La Bomba

Saboteadores anarquistas para un juego con mucha mecha que descarriló antes de llegar a su destino, la imprenta

Sinaí

Producciones el Sarcocéfago presenta... Sinaí

Los Dimentos Patton y Rommel se están sacudiendo de lo lindo en las arenas del desierto al grito de ¡Viva la Guerra!

Carkhatán Horror

Carkhatán Horror

¿Realidad o sueño?

31 de mayo de 2013

¡Tokyo Saturday Night!

Sobre el amasijo de metal quebrado y vigas retorcidas, sobre las ruinas de cemento, ladrillo y cristal tintado a las que había sido reducido el distrito financiero, se alzaba majestuoso un cibernético simio mastodóntico de 100 pies de altura, más hermoso y peludo que Donkey Kong, aunque peor peinado y algo menos glamuroso. Había un nuevo amo en la ciudad: The King of Tokyo. - Comando Dimento, salvadores de la humanidad -

"El mejor filler de darse de ostias que he probado en la última media hora" Dimento Raf, entusiasmado.

"¡Cuántos dados! Mira, me caben todos en la palma de la mano." Dimento Earl, ensimismado.

Aquí van a caer guantazos y de los que pican.
"Una orgía de azar, cachondeo y destrucción"
También Dimento Earl, pero consciente de estar siendo proyectado hacia la posteridad.

 
"Intenso, divertido, carismático y todo lo que quieras añadir. Pero dale más despacio a la ginebra y termina de hacer la cena"
Dimento Earl's wife con un gesto de crispación desdibujando sus perfectas facciones, secundada por la inquisitiva mirada, superatractiva, lanzada a Dimento Raf por su consorte. (Prolegómenos del ágape en Home Dimento el pasado sábado)


Era la ciudad emblema de la arquitectura anticatástrofes, una urbe abigarrada de estructuras flexibles que doblábanse como el junco ante el cataclismo inesperado y permanecían en pie tras la tormenta, el paradigma de la levitación electromagnética y los mosaicos de plasma,  y la megalópolis hipertecnologizada de cimientos más sólidos jamás concebida por un ingeniero con ojos de ranura estrecha. Pero, ¿acaso puede medirse el hombre a la Furia Primigenia?

Sí, hablamos de la capital nipona o de lo que queda de ella. 

Un ejército de peritos y abogados enviados por las compañías de seguros se batía en retirada, despavorido y sin corbata, por unas calles alfombradas con los cadáveres de especuladores, concejales y dentistas. A pesar del clima de pánico generalizado o puede que debido a ello, la flamante alcaldesa Ani Sake (esposa del expresidente del país más macho de Europa) declinó responder a las preguntas de los periodistas mientras insinuaba que todo ese revuelo de caos, sangre y destrucción a mansalva era parte de un simulacro o de unas maniobras bélicas organizadas por el personal del Zoológico.

Pero sobre el amasijo de metal quebrado y vigas retorcidas, sobre las ruinas de cemento, ladrillo y cristal tintado a las que había sido reducido el distrito financiero, se alzaba majestuoso un cibernético simio mastodóntico de 100 pies de altura, más hermoso y peludo que Donkey Kong, aunque peor peinado y algo menos glamuroso. Había un nuevo amo en la ciudad y se hacía llamar The King of Tokyo.

Atrincherada en el barrio más pijocéntrico de todos, esta bestia parda elefantiásica marcó las lindes de su feudo con un reguero de agria orina áurea como aviso frente al embate de otros engendros arribistas. Y desde ésta su atalaya, se proclamó dispuesta a dar y recibir ostias como panes si no hasta la muerte, al menos hasta la extenuación, pues entre los megamonstruos una rendición parcial no sabe a cobardía ni derrota y con frecuencia, apearse del trono y ceder tan privilegiada posición al mamporrero más dotado de cuantos se agolpen a las puertas del casco histórico y/o también, de confluir 5 ó 6 enormidades esperpénticas en la habitación, de la bahía capitolina puede ser el mejor camino hacia la victoria.

Del creador de las Magic, Richard Garfield, y en primicia para los lectores de De Dimento a Dimento llega King of Tokyo, juego de 6 a 8 dados para críos en edad de hacer la comunión y adultos sin importar su credo, editado en España por Homoludicus en el 2011. Sorprende la poca repercusión que este título ha tenido entre la comunidad bloguera, a juzgar por el reducidísimo número de artículos que se le han dedicado en tan insignes foros. ¿Demasiado sesudo tal vez? En cualquier caso, nos complace ser los primeros en brindarle una reseña en profundidad. (1)

Que os quede clara una cosa: ser un monstruo hipertrofiado de carne o de hojalata debe molar y mucho. Ni madrugones oficinescos ni conflictos familiares, ni presiones hipotecarias ni reuniones del APA, todas esas inquietudes tan mundanas no caben en la filosofía vital, en el ancho pecho preñado de ambiciones genocidas de unas criaturas que desafían al cielo con su estatura. Matar a todos sus rivales sobre el tapete a golpe de dados o ser el primero en acumular 20 puntos de victoria constituyen el leitmotiv, la razón de ser exclusiva de estos portentosos gigantes solitarios.

Traduzcámoslo de forma muy sucinta al lenguaje de los juegos para que todos puedan entenderlo sin bizquear:

Con el marcador de victoria a cero y 10 puntos de vida, se lanzan los dados y el primero en sacar una garra pasa a ocupar la ciudad de Tokio para que de comienzo el festival de tortas. A continuación, se procede a tirar los dados por turnos hasta 2 veces "para conseguir la mejor combinación con la que curarte, atacar, comprar cartas especiales o ganar Puntos de Victoria." (Si la caja lo expresa mejor que tú, copia a la caja...) o lo que es lo mismo, rayos canjeables por cubitos de energía verdes, fundamentales para empezar comprar cartas con superpoderes especiales, corazones con los que reponer nuestra vida, salvo que estés en Tokio, donde no hay cura que valga, tríos, póqueres o repóqueres de unos, doses o treses que nos darán puntos de victoria  y/o zarpazos a repartir a troche y moche.

Si ocupas la ciudad (y también la bahía en partidas a 5 ó 6 jugadores) fostias a todos con tus golpes y si estás fuera, fostias al que está dentro. Ventajas de estar en Tokio: ganas 1 punto de victoria por subir y dos por cada ronda que completes sin bajarte. Desventajas: tus contrincantes van a tratar de fundirte sin piedad y cuando el número de guantazos recibido y los corazones disponibles así lo exijan, te verás obligado a ceder el puesto al último bigardo en medirte el morro a bofetadas para que sea él quién lleve desde ese instante el peso de la corona. Probabilidad de análisis-parálisis: la justa tirando a nula, a no ser que Dimento Earl se ponga a hacer razonamientos estadísticos en voz alta, en cuyo caso compete al jugador de mayor edad de la mesa arrojarle con saña el lote completo de dados a la boca, incluida la pareja adicional de color verde césped.

Finalizada la batalla, tres inmensos cuerpos inertes sirvieron de peana al único contendiente que pudo quedar en pie, una Hiperquimera con cuerpo de meeple, cola de dragón, lengua de Dimento y cabeza de caza del X-Wing, luchadora cicatera y cruel soberana de una megaciudad reducida a cenizas y convertida en un inmenso páramo distópico con vistas al Pacífico. Los pocos que sobrevivieron a la catástrofe vagaron desorientados por este mar de escombros hasta que una figura terrorífica emergió de la bahía para cebarse con las ruinas... ¡Gojira!


Encontrarás King of Tokyo y su expansión, King of Tokyo Power Up en Dimento Games.

Al fondo en un segundo plano, posado de cuerpo entero a contraluz de Gojira.

B.S.O. de la partida: The Fat of the Land (1997) - The Prodigy

Hilo musical de la crónica: Enemy of the Enemy (2003) - Asian Dub Foundation

(1) Listado provisional de entradas acerca de este juego en otros blogs mucho más respetables que éste que lees:

http://www.5mpj.es/5-minutos-tv/1199-5-minutos-tv-king-of-tokyo.html
http://estanteriadejuegos.blogspot.com.es/2013/05/resena-king-of-tokyo.html
http://eltrolldepiedra.blogspot.com.es/2012/11/resena-de-king-of-tokyo.html
http://jugamosuna.es/blog/2013/03/18/jugamos-una-de-king-of-tokyo/
http://eldadodejack.wordpress.com/2012/01/04/resena-king-of-tokyo/
http://www.enanoverde.com/2012/11/resena-kings-of-tokio/
http://dosmaracas.blogspot.com.es/2012/06/jugando-cosicas-xxiv-resena-de-king-of.html
http://melonconjugon.blogspot.com.es/2012/05/el-melonazo-de-abril_01.html
http://juegoenlamesa.blogspot.com.es/2013/05/desprecintando-el-king-of-tokyo.html
http://elpoderdelanillo.mforos.com/1153980/10703014-resena-king-of-tokyo/
http://nomecansodejugar.blogspot.com.es/2013/02/enero-jugon-2013-king-of-tokyo-y-tzolkin.html
http://www.mesadejuegos.es/critica/king-tokyo-haz-el-bestia
http://eauvalladolid.blogspot.com.es/2012/03/king-of-tokio-yo-ensene-godzilla-todo.html
http://magicgirona.es/2012/11/resena-kings-of-tokio/
http://www.devilteam.com/2012/01/king-of-tokio-un-juego-monstruosamente.html
http://rekojejoker.blogspot.com.es/2013/04/king-of-tokyo.html
http://clubjuegosdemesa.com.ar/2013/03/king-of-tokyo-1453

 

30 de mayo de 2013

Música maestro

Si os habéis fijado alguna vez en la parte final de nuestras reseñas, sabréis que rematamos cada entrada con los enlaces a 2 sugerencias musicales: la empleada para componer el texto y hacer de vuestra lectura una experiencia aún más intensa y la utilizada como ambientación sonora de la crónica o la partida reseñada. Consideramos que al igual que las buenas comidas se sirven en compañía de un vino determinado, los juegos de mesa han de maridarse de una buena banda sonora, como las películas. - Dimentos Raf & Earl, melómanos compulsivos -

- Tío, hoy jugamos al Carcassone.

A Pitufo Claypool tampoco le agrada la idea de escuchar a un quinteto de horteras.
- Bueno, pues un poquito de música medieval nos viene que ni pintada.

- Luego seguro que cae una de Zombies!!!

- Pues un poquito de Walking Dead.

- Y para terminar un Parchís...

-Eh.... Primero, no estoy dispuesto a jugar al Parchís, y por supuesto no voy a ponerlos.

- Vaya. A mí me gustaban Parchís.

- A todo el mundo le gustaba Parchís, pero ya no.

- He dicho "me GUSTABAN", Parchís.

- ¡Ah!, perdona.

Si os habéis fijado alguna vez en la parte final de nuestras reseñas, sabréis que rematamos cada entrada con los enlaces a dos sugerencias musicales: la empleada para componer el texto y hacer de vuestra lectura una experiencia aún más intensa y la utilizada como ambientación sonora de la crónica o la partida reseñada. De no ser el caso, si no os hubieseis percatado de ello, os instamos encarecidamente a releerlas todas de arriba abajo y en orden cronológico.

Los dimentos consideramos que al igual que las buenas comidas se sirven en compañía de un vino determinado, los juegos de mesa han de maridarse con una buena banda sonora, como las películas.

Hoy solicitamos vuestra participación: contadnos cuál es la música ideal para ambientar una partida a vuestros juegos favoritos.

Y no te olvides de visitarnos en Dimento Games.

29 de mayo de 2013

Réquiem por un juego

La tenue llamarada de las velas parpadeó al cerrarse la puerta detrás de mí, proyectándose una siniestra sombra oscilante y alargada sobre la única pared desnuda de su abigarrada ludoteca. Maese Raf emergió como escupido desde la penumbra pronunciando la frase que durante meses había temido oír salir de su boca: SATOR AREPO TENET OPERA ROTAS. Y la recitó una y otra vez penduleando alternativamente los ojos a derecha e izquierda, como tratando de insinuar algo, hasta que asentí con la mirada. - Dimento Earl -

Cuadrado Sator: 1. Estructura con resonancias místicas, esotéricas y quien sabe, si cabalísticas, hallada por primera vez en las ruinas de Pompeya y presente en multitud de iglesias medievales. Se compone de 5 palabras latinas que consideradas horizontal y verticalmente forman un enigmático palíndromo. 2. Cuadrilátero de cartón en cuya lona yace inconsciente y babeante el novicio Dimento Earl, noqueado en el primer asalto de una lucha desigual por Fray Dimento Raf, un peso pesado en eso de golpearse el cerebro a base de movimientos delineados con escuadra y cartabón.


La tenue llamarada de las velas aromáticas del Ikea parpadeó al cerrarse la puerta detrás de mí, proyectándose una siniestra sombra oscilante y alargada, mitad cuervo, mitad dimento, sobre la única pared desnuda de una ludoteca abigarrada. Maese Raf emergió como escupido desde la penumbra portando a dos manos un candelabro asido a la altura del ombligo, y al compás de la luz titilante de un cirio rojo, retorcido y manufacturado también por la multinacional sueca, aunque con fines más festivos, pronunció la penta-frase que durante meses había temido oír salir de su boca: SATOR AREPO TENET OPERA ROTAS. Y la recitó una y otra vez penduleando alternativamente los ojos a derecha e izquierda, como tratando de insinuar algo, hasta que asentí con la mirada.

Para no romper ese clima de cera derretida, incienso y sucedáneo de vainilla, el Pater Dimento, vestido con una sotana talar o una chilaba color crema (no estoy muy al tanto de la moda no seglar) me saludó en un perfecto latín aprendido gracias a las lecturas de Uderzo y Goscinny:

- Morituri te salutant.
- ¡Ave vos, vetulus phallus! Murmuré inclinando la cabeza muy reverente mientras pensaba en ese título injustamente relegado al puesto 915 del ranking de la BGG, editado hace un lustro en España por Post Scriptum, del que mi maestro era, es y será devoto creyente, vocero y firme defensor sin importar lo que digan las encuestas. Descatalogado de forma prematura, permanece oculto en la trastienda de un puñado de tiendas muy selectas a la espera de una nueva y más sensata generación de jugones que le de buen uso. Y en esas estábamos.

Imagen sin tratar de la mesa de juego. Esa textura etérea e irreal de los objetos retratados se consigue iluminando la escena a base de cirios pascuales.
El domine Raf dispuso con gran cautela el portavelas sobre el tapete, flanqueado por el transportador de ángulos de su retoño y un libro de geometría euclidiana abierto por la página 55. Al doblar el espinazo para realizar esta operación pude notar que su melena, en franco declive, cedía ante la creciente tonsura, "ancha y pálida como una hostia" y casi tan grande como la que estuve a punto de llevarme al hacer dicha observación en voz alta. Alzó de pronto el brazo izquierdo hasta la perpendicular del hombro y pivotó rígido sobre su pie derecho hasta completar un giro de 90 grados que dejó a su dedo índice en la trayectoria de un objeto paralelepípedo situado al fondo de la habitación, en la estantería más remota. Por supuesto, se trataba del S.A.T.O.R.

- Dispones de 3 movimientos rectilíneos a dividir en un mínimo de 2 y un máximo de 4 zancadas, y de un par de secuencias de rotación respecto al eje de tu nariz, para esquivar sillas, sofás, trastos, cachivaches y demás trampas mortales y alcanzar así el juego. Te concedo canjear los pasos al frente por desplazamientos laterales y no te asustes si durante el camino ves que los obstáculos van cambiando de posición. Soy un poco cabroncete, pero si lo logras te haré depositario de mis conocimientos ludicocráticos.
- Hirce maximus, acerté a decir conmovido por la oportunidad que se me brindaba.

Curtido en el tetris y las sopas de letras, me planté en mi destino con la destreza de un bailarín y respetando la coreografía exigida. La caja descansaba en implacable verticalidad y antes de tirar de ella por el lomo, la extraña distribución del polvo sobre la superficie del estante llamó mi atención detectivesca: en un hábitat gobernado por el apelmazamiento de los ácaros, el tramo natural de salida de S.A.T.O.R resplandecía inmaculado, como si dos pantallas de Pronto Jabonoso en paralelo lo protegiesen del inexorable avance de la mugre. O eso pensaba entonces, porque poco después, tras ser crucificado sin piedad en el tablero por Dimento Cícero, supe que se debía a la constante fricción del cartón sobre la madera causada por las incontables veladas en las que este ejemplar había frecuentado nuestra mesa de juego. Prefiero que sea él quien en Dimentópolis explique en qué compañías, cómo y por qué lo sacó estando yo ausente.

Incipit Fabula, por decir algo

- ¿Qué es el Sator? Pregunté movido por una sincera curiosidad.
El "sello al viento de los malditos", un complejo sistema de archivo y almacenamiento bibliográfico diseñado para contener el profundo mal oculto en los libros heréticos y malditos custodiados en el Pozo de los Pecados. Cada ejemplar de la diabolus colection ocupa una posición específica en el laberinto en constante cambio de pasarelas flotantes que se erige sobre el abismo, cuyos secretos solo conoce el Guardián, un bedel ascético en edad de jubilarse. Y así deben continuar, porque de lo contario, de diseminarse desordenados en el vacío, esos saberes prohibidos podrían liberarse de su confinamiento con funestas consecuencias: las lenguas y pulgares de los inocentes lectores tornaríanse negruzcas, marcándoles de por vida con la vergüenza de los placeres ocultos revelados; los amantes se precipitarían al vacío de sus amores despechados desde puentes y balcones, y los gordos se ahogarían en la bañera colmados los pulmones por una capa de sales de baño solidificadas. Un panorama intolerable y puede que irremediable en tu caso -sentenció con una sonrisita sardónica que volvería a asomarse a su semblante media hora después, en los instantes previos al jaque mate que puso a mi monje y a mi orgullo de jugón en posición de decúbito supino.

Como lo que me jode es perder, pero no que me insulten, mis oídos se prestaron a continuar sintonizando el resto de este exordium in extenso:

Pues bien, aprovechando que las fuerzas del Ujier anacoreta encargado de la seguridad de la biblioteca han menguado, un aire procedente del oscuro agujero ha logrado dispersar esos volúmenes sacros y nuestra misión de opositandos consiste en ser los primeros en recuperar los cuatro tomos que éste nos asigne, ayudados de un códice con las instrucciones necesarias para desplazarnos por el laberinto moviendo las pasarelas, un libro de conjuros especiales y una gárgola capaz de bloquear a tus oponentes. Juguemos, juguemos...

Las cartas de colocación que determinan la posición de los libros perdidos no me fueron favorables y los ejemplares cuya restitución me había sido encomendada acabaron repartidos por los rincones más alejados del tablero formando una aspa casi perfecta y muy jodida, achatada solo en el vértice que daba a mi casilla de salida. Afortunado en grado sumo, mi mentore no tardó demasiado en ubicar los suyos y procedió a repartir las pasarelas que ambos fuimos disponiendo por turnos hasta agotar todas las piezas en un intento de proyectar la ruta por etapas que aguardaba a los acólitos a nuestro cargo.

No mejoró mi suerte al descubrir las 5 cartas 'incestus movet' que recibí de manos del Guardián antes de empezar la búsqueda, canjeando a las primeras de cambio el par menos propicio por otra del mismo mazo que, lamentablemente, no serviría mucho mejor a mis intereses, aciaga circunstancia repetida durante buena parte de la primera fase de la partida.

Divididas en 2 clases, estas tarjetas sirven para desplazar o rotar aquellas parcelas con cuya forma o figura coincidan respectivamente. De este modo iremos construyendo un recorrido de puentes contiguos por los que poder movernos, mientras saboteamos las opciones de nuestros contrincantes alterando los tramos cuyo desplazamiento o giro más les perjudiquen. Interprétese aquí el uso de la primera persona del plural como una licencia narrativa o un recurso retórico para referirse a mi constante mueca de insatisfacción durante el juego, abocado como estuve y con caracter permanente a lanzar una mirada atolondrada a las profundidades de la sima, cortados todos los caminos por un monje de risa fácil.

Cuando mis bazas de movimiento mejoraron, Dimento Magister, ya iba un libro por delante y estaba más cerca que yo de hacerse con el siguiente. La situación requería una medida drástica y opté por  aprovisionarme con varias cartas de efecto especial o "liber fidei" para a continuación, en una serie de turnos agónicos y muy reñidos, arremeter contra él con todo mi arsenal de conjuros y salmos esperando un vuelco en forma de milagro que no se produjo. Antes al contrario, la superioridad estratégica  de Fray Dimento Clay y su pegada mucho más contundente terminaron por poner a este aprendiz de geómetra contra las cuerdas, arrinconado en una esquina estéril del tablero, muy lejos de cumplir su encargo, con 2 ejemplares del Malleus Maleficarum bajo el hábito y otros 2 levitando a muchos puntos de acción de distancia, demasiados para un muñeco de fieltro moribundo, demasiados para mi.

Tras besar la lona de la pasarela en la que me encontré aislado en los estertores de la velada, no hubo ruegos por mi recuperación ni tronaron las trompetas celestiales en memoria de mi ego malherido, solo el estruendo de una carcajada vengativa.

Juego no disponible en Dimento Games. No obstante, elevaremos una plegaria al Olimpo de las editoriales para que regrese renovado a nuestras vidas.

B.S.O. de la partida: El nombre de la Rosa (1986) - James Horner
Música de fondo de la reseña: In a bar, Under the Sea (1996) - dEUS


Dimento Earl
'Neófito pendenciero' y discípulo de Dimento Raf.

Ludoteca: préstamos y alguna adquisición vitalicia.
Ocupación actual: reciclando el karma por todas las partidas no echadas.

28 de mayo de 2013

Otaku ma non troppo

Sus vecinos no salen de su asombro: un joven de piel anaranjada y bigote frondoso recorre el barrio al trote canturreando una melodía pugilística mientras desafía al aire con sus puños y al decoro con su atuendo. Luce 2 nunchakus reglamentarios, uno en cada oreja, unas mallas de vinilo fucsias y un busto en escorzo de Doraemon tatuado, sin anestesia, sobre su pecho de fieltro. - Dimentos Raf & Earl, ninjas aventajados de la Providencia -

Glotius Musler, autor del bestseller Utaku ma non Troppo
Los vecinos del distrito madrileño de Tetuán no salen de su asombro: un joven bien parecido, de ojos almendrados,  piel anaranjada y bigote frondoso, ocultas la coronilla y el cogote por el capuchón de una llamativa prenda deportiva de un plateado chillón que da grima, recorre desde hace días las calles del barrio al trote canturreando una melodía pugilística mientras desafía al aire con sus puños y al decoro con su atuendo. Luce 2 nunchakus reglamentarios, uno en cada oreja, unas mallas de vinilo de color fucsia neón ceñidas al bajo torso con un cinturón cosido a base de pins de los Caballeros del Zodiaco y por la brecha de metal dentado de la cremallera rota de la sudadera asoma el busto en escorzo de Doraemon tatuado sin anestesia sobre su pecho de fieltro.

El panorama en Colmenar Viejo, municipio capitalino próximo a la Pedriza, no es más halagüeño. Estas últimas semanas el pueblo ha amanecido con sus farolas y semáforos atravesados por unas cuartillas de cartón decoradas con pictogramas del enigmático oriente, hallándose restos de purpurina en las hendiduras de unos tajos imposiblemente limpios. Una extraña y espigada figura, como arrancada con espátula del imaginario del Greco, merodéa con nocturnidad envuelto en un kimono de látex fosforescente y armado con una baraja de Yu-gi-oh. Sus facciones son de una geometría futurista y la mirada se intuye profunda y gélida tras un flequillo lánguido que nace de péndulos capilares multicoloridos y una mata de mechones erectos que desafían a la gravedad y a su bolsillo ninja por el desembolso en laca que conlleva alzarlos, que no por su alto grado de nivel de superguerrero, no.

Yu-Gi-Oh! (遊☆戯☆王 Yūgiō, traducido al alfabeto latino por esta redacción) es una popular franquicia de manga y anime japonés creada por Kazuki Takahashi, cuyo éxito a nivel planetario llevó al lanzamiento de un CCG (tcc .-aka También conocido como - Colective Card Game, por si sois de los que aún arañan el cascarón con los nudillos) que ha logrado vender trillones de cartas por todo el mundo, dato aún por contrastar, sembrando los cinco continentes con los cadáveres de unos monstruos muy feos.

Dimento Raf, antiguo duelista de Magic y Battle Mus, el de toda la vida, desconoce completamente este juego. Ha visto un par de capítulos de la serie animada y solo por eso, y animado él también por el deseo de que su blog goce del patrocinio de Konami, se siente en la obligación de promocionar el maravilloso evento en el que va a participar su pupilo Dimento Earl: el Campeonato Nacional de Yu-Gi-Oh! 2013, prueba clasificatoria para los Mundiales de Yu-Gi-Oh! y cita ineludible en el calendario lúdico de todo jugón que se precie. Atentos, porque este año se celebrará en Madrid, en el Hotel Husa Chamartín, los días 1 y 2 de junio.


Dimento Earl, cinturón negro de judo y experto sorbedor de sake - nunca servido por sí mismo -, dispuesto a todo con tal de complacer a su sensei, se entrena a conciencia con la disciplina de un crupier para infiltrarse en el torneo y ganar.  ¡Y ganar! ¡Y GANAR!

¿Qué queréis que os digamos? No estamos dispuestos a pagar los 12 euros de inscripción, pero la gloria nos llama.

La semana que viene, crónica del encuentro y palmarés. Raro sería que Dimento Earl no subiese al podio, aunque solo fuese para hacerse la foto y siempre fuera de concurso.

Empezando por la izquierda, Jacinto Susmozas Yagüe y Pedro Gutiérrez de la Rosa, campeón y subcampeón de la edición 2012, felicitándose efusivamente.


¡Preparaos para la batalla!

Y la banda sonora, espectacular:

B.S.O. de la crónica: Manga Japan Bass Boy - H.J. Freaks


27 de mayo de 2013

Una mañana en las carreras

Los rayos de luz proyectaban sombras nítidas sobre el ardiente asfalto del circuito. Mónaco vibraba con especial vehemencia aquella mañana mientras sorbía las últimas gotas de mi bebida carbonatada y ajustaba los retrovisores. Dimento Earl se encontraba unos puestos por delante en la parrilla de salida.  Le vi girarse hacia mí mostrando la peor imitación de Steve McQueen que jamás pude imaginar, alzando su pulgar para luego señalarme con su típica mueca burlona. Avisaron por megafonía de la inminente salida, miré al cielo, me enfundé las gafas y cubrí hasta la nariz con mi pañuelo ajedrezado. Iba a ser una larga carrera. - Dimento Raf -

Los rayos de luz proyectaban sombras nítidas sobre el ardiente asfalto del circuito. Mónaco vibraba con especial vehemencia aquella mañana mientras sorbía las últimas gotas de mi bebida carbonatada y ajustaba los retrovisores. Dimento Earl se encontraba unos puestos por delante en la parrilla de salida.  Le vi girarse hacia mí mostrando la peor imitación de Steve McQueen que jamás pude imaginar, alzando su pulgar para luego señalarme con su típica mueca burlona. Avisaron por megafonía de la inminente salida, miré al cielo, me enfundé las gafas y mecubrí hasta la nariz con mi pañuelo ajedrezado. Iba a ser una larga carrera.

Velocidad, soy velocidad…

Tableraco y ambientorro en Montecarlo.

Formula D es un juego de 8 años en adelante, de 2 a 10 jugadores, creado por Laurent Lavaur y Eric Randall e ilustrado por Nicolas Caniaux, Stéphane Poinsot y Arnaud Simon-Laforet. Se editó en nuestro país por Asmodee en 2008.

E-N-O-R-M-E. Así es el tablero. Bueno, así son los dos tableros que hay que unir para hacer un circuito. Por un lado tiene el  de Mónaco y por el otro al más puro estilo Need for Speed. A los mandos de nuestro monoplaza, competiremos contra los demás jugadores recorriendo el circuito correspondiente, tirando dados diferentes en función de la marcha en la que estemos. Las curvas están acotadas de manera que en nuestro turno habremos de parar en ellas en una, dos o tres ocasiones, dependiendo de su dificultad. Dos modos de juego, uno fácil, para jugar con cualquiera y otro normal, con bastantes más parámetros que le dan más realismo a la experiencia de juego.

Los circuitos están divididos en casillas y dispondremos de un control individual donde nuestra palanca de cambios indicará en que marcha nos encontramos. Los coches una monada, veinte nada menos (10 para fórmula y 10 de tunning).

Empieza la carrera: Dimento Earl sale en primera posición pero se le cala el motor, bizqueando y permitiendo así a Dimento Raf salir en 1ª (dado amarillo) y ponerse en cabeza. Dimento Raf cambia a segunda (dado naranja) y Dimento Earl  arranca por fin en 1ª - ¡OOOOOHHHH! -, quedando más y más atrás. Dimento Raf cambia a 3ª(dado rojo) para encarar la primera curva del circuito mientras saluda a las féminas  y Dimento Earl, ahora sí, continua con normalidad, así como la carrera. Dimento Raf, confiado por lo acontecido en la salida, no ve como Dimento Earl le pisa los talones al salir de la curva de Loews, aprovechando éste para cambiar a 4ª (dado verde) y adelantarle. Dimento Raf contempla anonadado como su rival cambia a 5ª (dado morado) para alejarse a la velocidad del sonido, así como sus opciones de victoria.

Dimento Earl atravesando la línea de meta. Atrás y lejos, muy lejos Dimento Raf dándo una vuelta, sin prisas.

Sueltas las orejeras del gorro de cuero, Dimento Raf adopta la postura al volante más aerodinámica e ilustre que puede para atravesar la línea de meta en último lugar:

- Dimento Earl, ¡juro qué jamás volverás a vencerme!... ¿o tal vez sí?


Fórmula D está disponible en Dimento Games por 35,50 €.

B.S.O de la partida: B.S.O. El Golpe (1973) - Scott Joplin
Música de fondo de lareseña: The Way we Were (1973) - Barbra Streisand
Entradas relacionadas: Jugando con mi enemigo - Mónaco mon amour

Dimento Raf
'Jugón frustrado' y paseador de juegos en bolsa de tela.

Ludoteca: menos amplia de lo que él quisiera. Mengua con cada visita de su discípulo.
Ocupación actual: entrenador personal de Dimento Earl.

23 de mayo de 2013

¿Entradas filler? Hablemos de palabras

Adoptados a modo de parapeto, los dialectos gremiales se alimentan de toda clase de escarceos semánticos, morfemas imposibles, y palabros compuestos inusualmente largos para cumplir el doble cometido de transmitir un mensaje inteligible para unos, los nuestros, los iniciados, e impedir todo entendimiento con los otros, los legos, los profanos, los incultos, los parias, lo que habitualmente llamaríamos gentuza, vaya. - Dimentos Raf & Earl, esclavos cardíacos de la desinencia -

Estimados dimentófilos:

El bagaje léxico desplegado en apenas un mes de frenesí literario demanda hacer un alto en el camino para aclarar cuantas dudas haya podido dejaros la lectura atenta y continuada del blog e ir empezando a consolidar conceptos. Han sido tantos y tan buenos los neologismos que este par de membrillos han acuñado con objeto de dar mayor lustre a unas publicaciones intrínsecamente memorables, que esta entrada filler (ver definición más abajo) es casi una necesidad, cuando no una obligación contraída con nuestros devotos seguidores. Así pues, abrid los poros, adoptad una postura corporal relajada y dejaos empapar por este chorrazo de erudición.

Que las comunidades con un poderoso componente idiosincrásico tieden a dotarse de una jerga propia segregadora y autoexcluyente es un principio sociológico indiscutible.

Mal empleadas, las palabras son un arma capaz de borrar las huellas de todo aquello que nos une. Sobre estas líneas, acalorado debate provocado por la mala interpretación de un giro verbal Klinggon que, traducido al dialecto de la Luna de Endor, viene a decir algo así como "memo, friki, blandito..."

Adoptados a modo de parapeto, los dialectos gremiales se alimentan de toda clase de escarceos semánticos, morfemas imposibles, préstamos lingüísticos y palabros compuestos inusualmente largos que cumplen a la perfección el doble cometido de transmitir un mensaje inteligible para unos, los nuestros, los iniciados, los buenos... vosotros, e impedir toda posibilidad de entendimiento con los otros, los legos, los profanos, los incultos, los parias... lo que habitualmente llamaríamos gentuza, vaya.

El caso es que a los dimentos nos va ese rollo de la exclusividad, de marcar las distancias, de creernos diferentes y mejores que los demás: somos como hipsters anaranjados, hipermétropes y barbilampiños (el bigote de Dimento Raf fue implantado hebra a hebra, como el azafrán) ansiando reventar el idioma a base de pedradas. Los dardos son para los poetas...

Los dimento-términos

Y como nuestra desfachatez no conoce límites, hoy añadiremos 'otra muesca al cinturón de nuestra creatividad' (1) procediendo a desgranar el rico universo conceptual alumbrado hasta la fecha:

- Entrada filler: Publicación, generalmente breve y de fácil lectura (no es el caso) posteada a modo de entremés sin más propósito que el de rellenar (ahora sí, véase el caso).

- Print & Play Visual (tcc P&PV): Dícese del juego con posibilidad de ser emulado usando componentes de andar por casa y sin la cara necesidad de imprimir (véase lo hecho con Exploradores).

- tcc: aka También Conocido Como.

- Sarcocéfago: 1. Arcón, armario, baúl o trastero, dónde se acumulan por igual polvo, miasmas y juegos de CEFA en perfecto estado de putrefacción. 2. De un modo más específico puede usarse para designar el ataud de cartón de cualquier juego CEFA de los 80. Ábrase siempre ayudado de una pértiga construida a base de meeples centicepeteados (unidos culo con cabeza) y coronada por el peón negro del Monopoly.

Instantánea del momento en que el amigo Reiner se avino a complacer nuestros apetitos mitómanos.
- Reinerfanía: Aparición mariana del gran diseñador y profeta de los eurogames, Herr Doktor Knizia, envuelto en la neblina polvorienta expirada desde las entrañas del sarcocéfago. Conjurado en solemne ritual con pentáculo y todo, por los dimentos Stanley y Livingstone, transfiguración del genio y Proffessor de Illertissen en un arquetipo meridional y milenario de mirada abisal y facciones de ébano, en el sentido más literal concebible del término.

- Ludo-ajuar: Conjunto de enseres paralelepípedos que conforman una ludoteca. Pueblan a sus anchas, sin orden ni concierto, las estanterías de Home Dimento y, salvo contadas excepciones, han sido apartados de la futura dote de la Reina Cersei (tcc Dimento Raf's half prole), la menor de sus retoños.

- Chorrazo: Sinónimo de cualquier cosa que exprese CHORRAZO propiamente dicho. Locución connotativa de admiración extasiada, adverbio de lo inconmensurable, lugar común y muletilla recurrente en casi todas las reseñas, algunas de ellas entradas-filler, del blog.

- Batín arácnido / Guargapolvo de la Marvel / Bata spidermaníaca: Atuendo protocolario de franela lucido por Dimento Raf durante las quedadas tardo-invernales o proto-primavéricas. Sorprende y seduce a partes iguales a nuestras retinas  por su sensualidad gatuna (sí, se nos están mezclando las metáforas). 

- Spidermaníaco: 1. Amante de lo arácnido. Jeff Hanemann. 2. Bordado reticular de puntada gruesa simulando una tela de araña en las dorsales.

- Chill out-lounge-sofá: Lugar mullido donde reposar de madrugada nuestra frustración y trasero tras una partida descafeinada a ¡Aventureros al Tren! Europa, por citar algún ejemplo. Acompáñese la acción de frecuentes tragos a su combinado de cabecera.

-Bizquear: 1. Conjunción de ambos ojos en el ecuador de la mirada. 2. Referido a Dimento Earl, expresión habitual de su rostro durante la lectura comentada de las intrucciones de casi cualquier juego.

- Cretinácico/a: 1.Adj. Cretino con galones, bobo, rancio y solemne. Aplicable a los arribofirmantes en este momento. 2. Dícese de la incompetencia suma de Dimento Raf en el arte de gestionar sus recurso-saurios jugando a EVO.

-Parche en el ojo: 1. Responde al título. 2. Tanguita de encaje negro dispuesto sobre el ojo izquierdo, parte del atrezzo de Jamaica y  homenaje al Marcello Mastroianni de La grande bouffe. Combinado con el batín arácnido, confiere a su portador el semblante fierógeno del Gobérnador-Gigoló de The Walking Dead.

- Ludicopatrio: Escenario devastado por la crisis donde un puñado de sujetos admirables logran con su imaginación que la vida sea un poco más llevadera.

- Dimento Games: Tienda online regentada por un trío de traca y fieltro. Exhibición de músculo financiero. Inquietud que aflora desde el bolsillo hasta el nudo de la garganta.

El mes que viene, más.

(1) Cita tomada de un viejo conocido, bueno en casi todo y el mejor narrador con que nos hemos topado.

Música de fondo de la crónica: Comfortably homeless (1999) - Marco Minnemann

22 de mayo de 2013

Disculpe, ¿dónde queda el Control Central?

¡Dimento Raf! ¿Por qué me has abandonado? Por culpa de mis pecados fui absorbido molécula a molécula por un haz de luz carmesí, fui arrastrado al otro lado del espejo virtual y fui arrojado a un páramo de celulosa y plástico aquilatado en las factorías de MB, donde traté de preservar de una pieza mi pellejo miniaturizado en la rejilla de juego de Zaxxon, el robot asesino. Asistí al relato de las faltas que se me imputaban en silencio y cabizbajo, incapaz de alegar nada en mi defensa. Todo era cierto, la indiferencia hacia los videojuegos durante la niñez, el desprecio juvenil dirigido contra el mundo arcade y la actitud desdeñosa hacia los objetos vintage y cualquier cosa con aroma a nostalgia exhibida desde que tengo uso de razón eran irrefutables. - Dimento Earl, reflexivo a su manera -

Por culpa de mis pecados fui absorbido molécula a molécula por un haz de luz carmesí, fui arrastrado al otro lado del espejo virtual y fui arrojado a este páramo de celulosa y plástico aquilatado en las factorías de MB. Una infancia iconoclasta no enmendada en los años de prepúber era el delito esgrimido por mis jueces y captores: la Desproporcionada Reina de Corazones y el menor y más caprichoso de los descendientes de Hal 9000, Control Central, un mega-servidor ávido de poder, entre 900 y 1.200 veces más inteligente que mi mentor y dicen las malas lenguas que dispuesto a volatilizar el universo con tal de apropiarse de su ludoteca. Condenado a una muerte segura, preservar de una pieza mi pellejo miniaturizado en la arena de su rejilla de juego iba a requerir de una proeza digna de Neo Chaqueta de Cuero: batir al imbatible, al robot psicópata por todos conocido, al malvado Zaxxon.

- ¡Dimento Raf! ¿Por qué me has abandonado? - pensé antes de escuchar el veredicto...
Si los hermanos Wachowsky tejieron el tapiz de Matrix tirando del ovillo de Carroll y las costuras de Tron, me asusta pensar lo qué serían capaces de hilvanar los Dimento Brothers.
Asistí al relato de las faltas que se me imputaban en silencio y cabizbajo, incapaz de alegar nada en mi defensa. Todo era cierto. La indiferencia hacia los videojuegos durante la niñez, el desprecio juvenil dirigido contra el mundo arcade y la actitud desdeñosa hacia los objetos vintage y cualquier cosa con aroma a nostalgia exhibida desde que tengo uso de razón,  todo aquello que se me afeaba era cierto y los argumentos, irrefutables. Si no me creéis o juzgáis exagerados los cargos apuntados en este sumario, reservar vuestra incredulidad para quien pueda merecerla. Hechos probados:

- El día que vi a mi hermano mayor hurgando con un destornillador de precisión en la pletina conectada al spectrum, al parecer, peaje obligatorio para sintonizar en aquel viejo televisor en blanco y negro de mierda  el Galaxians y el Green Beret, no volví a estrujarme las yemas contra su teclado. Tenía un metro y poco de estatura y siempre he sido perezoso, pero autosuficiente. He renunciado, desde entonces, a ser dueño de cualquier videoconsola. Puede que una Ninpondo lo hubiera cambiado todo; nunca lo sabré.

- Mi infancia transcurrió alejada de las salas recreativas hasta el punto de solo poner el pie en una de ellas durante las visitas familiares navideñas a mis abuelos en Salamanca. Y esas incursiones fugaces al Picadilly solo duraban lo que la misa en la que en teoría andábamos postrados.

¡Vade retro Spectrum!
- Siendo ya un adolescente, fui un asiduo de los billares del barrio, pero no recuerdo haberlos frecuentado con intenciones estrictamente lúdicas y la mayor parte de las veces, me conformaba con mirar adormecido a otros colegas de ojos enrojecidos matar el tedio jugando al futbolín.

- No conservo fotografías analógicas, he regalado películas y libros, he tirado cds originales a la basura como quien se deshace de un trapo raído y sospecho que hay oscuros intereses crematísticos en el regreso del vinilo y el culto inducido a todo lo añejo.

Dada esta ausencia total de antecedentes, acaté la sentencia sabedor de que cualquier réplica, además de fútil, enardecería aun más los ánimos justicieros de la malvada CPU y su macrocefálica secuaz. ¡No estaba dispuesto a ser linchado por una turba de cartas de póquer sin antes de medirme a Zaxxon, el Autómata Asesino! Tragué saliva con sabor a hule y celofán y apreté los puños de polietileno dispuesto a ver ejecutado en el acto mi condena, pero ésta se hizo esperar porque, mientras tanto, en el mundo real...

Un torrente de baba había desbordado la comisura de mis labios y surcaba parsimonioso la mejilla antes de precipitarse en caída libre hacia el tablero. La cabeza ladeada y las extremidades flácidas propias de un muñeco de ventrílocuo entre actos, los ojos en blanco y la secuencia de silencio-mugido, silencio-mugido, eran sintomáticos de algo peor que el aburrimiento. Ajeno a esta suerte de desdoblamiento ludoastral,  a este trance inverso, Dimento Raf peroraba sobre la "confluencia de aficiones y recuerdos" encarnada  por ese juegazo inspirado en un popular arcade de Sega de los ochenta. Y el fantasma de los veranos pasados consumaba su pretensión de abotargarme el cerebro a golpe de anécdotas iterativas,  aprovechando mi estado de parálisis absoluta. No en vano, a escasos tres palmos de mi barbilla y sobre el tapete...

A causa de mi poca fe en la paleo-informática, di con mis huesos escépticos en una cárcel de cartón, compartiendo celda, cháchara y destino con 2 históricos penados: Dimento Tron (apócope de tronco) y Dimento Ram. Al contrario que en la película, no tuvimos el menor reparo en deshacernos de este último, un secundario vulgar y del montón, tras unos pocos microciclos de confinamiento: al carecer de profundidad, el espacio escasea en este universo 2D y ninguno de nosotros estaba dispuesto a compartir intimidad y litera con él. De rebote, pudimos entrenar más y mejor en el lanzamiento de discos y las carreras de motos, mejorando la sincronía requerida para afrontar con garantías un reto por parejas en el que...

Cada jugador controla 2 aviones de combate cuyo cometido es derribar uno por uno al pérfido Zaxxon antes que su contrincante, logrando así alcanzar la Torre Input/Output donde contactaría con mi yo programador-interior quien, con un par de líneas de código, me daría la clave para derrotar al Galimatazo y escapar por el orificio dilatado de una madriguera de conejo, o algo por el estilo.

Pero antes de enfrentarte a tú diabólico rival, deberás alcanzar con cada uno de los cazas una serie de objetivos diseminados por el tablero que obstaculizan tu avance: torretas, depósitos de combustible, salones de té psicóticos, programas al acecho y guardianes de la torre seccionados y dubitativos.

Dimento Raf, muy diestro en el manejo de sus misiles y el mejor piloto sobre la mesa, logró escapar al ángulo de tiro hexagonal de este Golem de hojalata mientras yo, abatido una vez tras otra,  era obligado a volver sobre mis pasos para tratar de completar una misión imposible.  

Derrotado por el Control Central, quedé atrapado en las planicies de la edición para tablero de un retrogamer viejuno, inmovilizado en un estado de catatonia que mi maestro confunde con la complicidad y recluido de por vida en un ciclo niño-adolescente-adulto-niño que no termina de cuajar.

Recreación con cierta sorna de mi derrota a manos de Dimento Raf


Y no te olvides de visitarnos en Dimento Games.

B.S.O de la partida: Tron Legacy - Daft Punk
Música de fondo de la reseña: Crack the Sky (2009) - Mastodon
Entradas relacionadas: Tiempos Viejunos - Zaxxon: Retrogamers de mesa

Dimento Earl
'Neófito pendenciero' y discípulo de Dimento Raf.

Ludoteca: préstamos y alguna adquisición vitalicia.
Ocupación actual: reciclando el karma por todas las partidas no echadas.

21 de mayo de 2013

Apto para todos los públicos

Como alguna de las fórmulas de ocio infantil más populares no están al alcance del bolsillo medio, muchos papis y mamis desesperan cuando el CD de Cantajuegos entra en bucle acompañado por un orfeón de mini-zagales de voz chirriante. Pues bien, si queréis reprogramar a vuestros hijos de sicarios de Dora la Exploramatona a jugones with the papas & the mamas, los Dimentos hemos tenido una epifanía: ¡juegos de mesa to the power! ¡To the power! ¡TO THE POWER! - Dimentos Raf & Earl edulcorados -

- Un hijo te cambia la vida, dos te la quitan.

- Tres (+/- 2) pueden provocar irritabilidad, insomnio, jaqueca, tics nerviosos y aluminosis en los cimientos de tu vida en pareja (véase Supernanny). 

- Una vez que abandonan el tartamudeo como estrategia narrativa y hasta cumplido el servicio militar se han descrito episodios aislados de enojo intermitente; la mayoría de casos oscilan entre el cabreo crónico y los umbrales de puteo alcanzados en City of Horror o Risk Armageddon. 

- Durante su fase álgida, la adolescencia, prescríbanse largos periodos de cuarentena y estancias en Inglaterra o la escuela de verano de Hermano Mayor.

Recreación onírica de la paternidad
Desde los tiempos de Herodes, una generación de padres tras otra ha empeñado lo mejor de su intelecto al servicio del entretenimiento de los más pequeños del hogar. Los espectáculos en la arena del circo, los campamentos escolares de la recia Esparta inmortalizados con gran rigor histórico en 300 (exponente a ultranza del Neo-Peplum),  la Cruzadas Infantiles (una procesión de hambrientos y miserables, en realidad), la vida bohemia y callejera dickensniana, el buen oficio precoz en las fábricas y talleres de la Europa Vieja y Orillada o, más recientemente, Bob Esponja y Pocoyo, han proporcionado chorrazos de divertimento a nuestros infantes. No importa el grado de condescendencia, cualquier cosa es buena con tal de mantener la mano alejada del cajón de los cuchillos y la lengua a una distancia prudencial de los enchufes. 

Como alguna de estas alternativas de ocio o no están al alcance del bolsillo medio o chocan con el espíritu de esta época algo blandita y no siempre podemos tener la tele encendida o una copia del Caylus a mano con la que serenar a la muchachada, muchos papis y mamis desesperan cuando el CD de Cantajuegos entra en bucle acompañado por un orfeón de mini-zagales de voz desafinada, arrítmica y chirriante. Pues bien, si queréis reprogramar a vuestros hijos, de sicarios de Dora la Exploramatona a jugones with the papas & the mamas, los Dimentos hemos tenido una epifanía: ¡juegos de mesa to the power! ¡To the power! ¡TO THE POWER!

¿Cómo no pensasteis en ello antes de firmar un pacto con el diablo, membrillos?

Dimento Raf, progenitor y amantísimo celador de un par de simpáticos mocosos, es capaz de hablar por el móvil con un niño colgado de cada brazo sin perder toda la paciencia. Dimento Earl, sujeto a los caprichos de la naturaleza, admite estar dispuesto a pasar por ese trance cuando la economía se lo permita ("te lo juro, mi amolll").

Comencemos pues nuestra prédica cantando las alabanzas de dos eurogames de la escuela alemana testados por la Reina Cersei  (Dimento Raf´s half prole):

El frutalito, un semi-cooperativo de raza con mecánicas que hasta Dimento Earl asimila sin bizquear. Azar y memoria combinados en un juego muy sencillito para niños a partir de 3 años. En nuestro particular jardín de los cerezos un malvado cuervo de 3 ojos tratará de hacerse con todos sus frutos. Es tu tarea, joven dimento, evitar que lo consiga. Afina la mirada, pon en orden tus recuerdos y llenarás tu cesta con todos los racimos de tan codiciada fruta, pero cuídate de no voltear las flores que ayuden a ese funesto pajarraco a vaciar las ramas y acabar con tu bienestar a picotazos. Los dimentos fracasamos en nuestra intentona inicial.
 

Animal sobre animal, en contra de lo que pueda aparentar, no guarda relación de parentesco con el universo de National Geographic. Juego de máxima rivalidad para edades comprendidas entre los 4 y los 99 años (¡Como los de CEFA!) en el que los participantes irán apilando por turnos y según el resultado de la tirada del dado, animal sobre animal, sobre animal, sobre el largo lomo de un pacífico cocodrilo. ¿Cómo? Obligándoles a colocarse en posturas inverosímiles, imposibles e indescriptibles que sus padres no osarían reproducir. Ganará quien primero coloque todas sus figuritas.


Prosigamos con una de las referencias más queridas del primogénito de Dimento Raf, también llamado The Seed of Amon Raf:

El Laberinto Mágico, título publicado por la editorial Devir, amén de maravilla tecnológica y prodigio de la rejugabilidad. Mueve tu aprendiz de brujo por el tablero esquivando los muros invisibles y encuentra el camino hacia la victoria recuperando los 5 objetos místicos que te permitirán obtener tu carnet de mago. Recomendado para niños de 6 a 99 años, la duración media de la partida oscila, según el fabricante, entre los 20 minutos con recesos para ir a la cocina o el baño y la media hora para un humano normal, no un Dimento. Incombustible, rápido y muy ameno.




Y concluyamos esta sesión de asesoría gratuita con una de esas joyas que gusta a pequeños y mayores por igual:

Érase una vez un tema a un juego de Edge pegado. Se llamaba ¡Pingüinos! y a pesar de toda esa parafernalia ártica, era un abstracto de los de toda la vida. Nos echamos unas partidas y aquello se asemejaba a uno de esos duelos ochenteros entre Kárpov y Kaspárov. Saltaron chispas y bailaron las neuronas al compás de un medio tiempo, algo pausado tal vez, pero alegre y con la dósis de seso apropiada para niños talluditos. Para no ser un juego inmersivo, es curioso que uno de los Dimentos acabase tratando de incubar un huevo de corral entre sus pezuñas. ¿Adivináis cuál?

Los 4 títulos reseñados forman parte de la ludoteca básica propiciatoria de Dimento Raf y, aunque sus retoños colaboraron muy gustosos con el testeo para el blog, al finalizar la velada, cuando nos disponíamos a levantar el tapete para servirles su merecida merienda,  la pequeña Cersei depositó como mejor pudo la caja del Zombicide sobre la mesa  y con los ojos inyectados en sangre se dirigió a su padre preguntando ¿Jugamos una?

Puedes comprar Frutalito, ¡Pingüinos!, Animal sobre animal y El Laberinto Mágico en Dimento Games.

Música de fondo de la crónica: The Big Eyeball in the Sky (2004) - Colonel Claypool's Bucket of Bernie Brains 
Entradas relacionadas: Crónicas Diménticas - Juego de Tronas

20 de mayo de 2013

Dimento Livingstone, supongo

Tras finalizar la partida, encontré en el camino de vuelta los Dimentos Earl que no consiguieron completar sus excursiones: uno congelado en las montañas blancas, otro medio enterrado en la arena del desierto y otro vivo, sí, que no hacía más que saludarnos mientras el Zambeze lo arrastraba hacia unas espléndidas vistas de las cataratas Victoria...francamente afortunado, creo yo. - Dimento Raf -

"Concluída la audiencia, el Dr. Knizia se esfumó ante los ojos alucinados y agradecidos de ambos dimentos, no sin antes prometer en firme que se inspiraría en este encuentro para diseñar un juego conmemorativo exclusivísimo, de tirada limitada y ajeno a los cauces de comercialización convencionales.

Algo abatidos por una ausencia que ya se dejaba sentir, nos enfundamos el uniforme caqui de los scouts y con el machete al cinto y el salacot decimonónico bien sujeto a la cabeza, los dimentos Livingstone y Stanley decimos adentrarnos a pelo, sin mosquiteras ni otras mariconadas por el estilo, en el corazón de las tinieblas de Knizia jugando media docena de partidas al Exploradores."

Extracto aleatorio de Bienvenido Mr. Knizia (17/05/2013)

¡Cuántas cartas y que graaaaaanndes! Eso sí, búscales unas fundas rápido que se estropean que da gusto.

EXPLORADORES es un juego de cartas para 2 jugadores, editado por Devir en 2006 en España, creado por (en serio, ¿hace falta decirlo?) Reiner Knizia e ilustrado por Anke Pohl, Thilo Rick, Claus Stephan y Franz Vohwinkel de los Vohwinkel de toda la vida. Fue juego del año en nuestro país en 2006.

A esto lo llamo yo Print and Play virtual:

Imaginemos una baraja de Póker, por ejemplo. Añadámosle un palo más (picas, diamantes, tréboles, corazones y gromenagüers).  Los naipes numerados del 2 al 10 tienen su valor,  a las figuras las llamaremos "acuerdos" y distribuiremos los ases en el medio de la mesa, separados para descartar sobre el palo correspondiente. A barajar y a jugar.

Así se dan la mano los expedicionarios.

Amigos, con esto ya tenemos un Exploradores casero, aunque sin ilustrar, al que podremos dar la temática que nos dé la gana. El señor Knizia quiso que fuera de aventuras y, bajo nuestro punto de vista, acertó: seremos exploradores en busca de la gloria.


Desarrollo de una partida normal.
Tenemos un tablero con Egipto, la Atlántida, el Polo Sur, el Amazonas y ¿los volcanes de Stonehenge? como descartes y unas cartas bien hermosotas, de buen tamaño. Se reparten ocho de éstas. En nuestro turno, jugaremos una, para abrir o continuar una expedición. Puede ser un acuerdo que abra una aventura o que se sume a otro o una carta numeral. Éstas, habrán de ser siempre superiores a las ya jugadas en dicha expedición. Si no pudiéramos poner carta, descartaríamos una en su sitio correspondiente en el tablero. Al finalizar reponemos cogiendo de las disponibles en éste o de la baraja. La partida transcurre a una velocidad de vértigo y, al finalizar, se procede al conteo.

Empecé la partida abriendo unos interesantes acuerdos para mi expedición a Egipto, haciendo lo mismo mi querido Dimento Earl para la suya a la Antártida. Una tras otra, pasaron casi todas las rondas y, casi sin darnos cuenta, el plazo acordado para completar los viajes (la baraja), llegó a su fin. Muchas son las aventuras que tuvimos que descuidar y muchas las partidas que nos aguardarían más tarde. Después de contar los puntos, encontré en el camino de vuelta los Dimentos Earl que no consiguieron completar sus excursiones: uno congelado en las montañas blancas, otro medio enterrado en la arena del desierto y otro vivo, sí, que no hacía más que saludarnos mientras el Zambeze lo arrastraba hacia unas espléndidas vistas de las cataratas Victoria...francamente afortunado, creo yo.


Exploradores está disponible en Dimento Games por 19,50 €.

B.S.O. de la partida: Indiana Jones en busca del arca perdida (1981) - John Williams
Música de fondo de la reseña: Porcupine Tree - Anesthetize (2008)
Entradas relacionadas: Jugando con mi enemigo - Bienvenido Mr. Knizia 

Dimento Raf
'Jugón frustrado' y paseador de juegos en bolsa de tela.

Ludoteca: menos amplia de lo que él quisiera. Mengua con cada visita de su discípulo.
Ocupación actual: entrenador personal de Dimento Earl.