27 de abril de 2013

¿Jugando con mi enemigo?

Un blog para ludópatas que ser precie de ser apto para todos los públicos, ¿requiere de la firma desautorizada de un jugador novato? Sí, lo admito: mi desconocimento de los "juegos de mesa modernos", como quedará demostrado en próximas entregas, es casi insultante. ¿A cuento de qué colaborar entonces con Dimento Raf en esta empresa? Para reciclar el Karma por todas las partidas no echadas... -Dimento Earl - 

Un blog para ludópatas que ser precie de ser apto para todos los públicos, ¿requiere de la firma profana y desautorizada de un jugador novato? ¿Precisa contar con la mirada, a medio camino entre la inocencia y el escepticismo más descarado, de quien no teniendo ni puñetera idea del tema en cuestión - mi ignorancia casi insultante quedará patente en próximas entregas - ha decidido someterse al sádico ritual de iniciación ideado por el creador de este blog? Que, aclarémoslo, no es otro que probar uno o dos juegos nuevos cada semana y contar la experiencia en clave de "Di lo que te plazca".  


Y de ser así,  ¿con qué propósito?  ¿Qué oscuras razones mueven a Dimento Raf, un personaje con fama de cabal entre sus conocidos, a invitarme, precisamente A MI,  a participar en algo que me es tan ajeno? Porque la idea de abrir una grieta en el casco antes de fletar el barco (¡qué bien traída la metáfora, flanqueado por la foto del atrezzo!) , o es síntoma de un carácter voluble e  inquietante o revela una fe injustificada en la probabilidad de que una crónica de esta guisa logre sintonizar con los "no iniciados" sin ser un chirrido discordante para todos los aficionados a un mundillo tan peculiar. Se me antoja una tarea harto irrealizable, pero la asumo con obediencia servil, suponiendo que exista otro tipo de obediencia y que sea éste, al menos en parte, el objetivo de nuestra colaboración.

No obstante, sospecho que hay algo más: bajo cuerda late un cierto ánimo de revancha por las muchas veladas gastronómicas celebradas en territorio neutral -mi casa, mi cena, mis normas- en que, hasta fecha muy reciente, despaché con notable desdén, mueca de estupor y pesadumbre incluida, cualquier propuesta de amenizar la sobremesa probando alguno de los juegos que tan denodadademente se esforzaba en acarrear hasta mi piso en bolsas de tela de un volumen tal que mi epicondilitis no osaría portar. No haber pasado nunca por alto el esfuerzo de cargar con semejante fardo me hace sentir doblemente culpable, pero no mal.

El caso es que una noche, persuadido por ese arrebato de complacer a los demás que suele acompañar a una cena con muchas pretensiones y un pobre resultado, tras un par de combinados, cedí, accedí , jugué... y me lo pasé genial. De aperitivo, Rock Band ManagerLa Isla Prohibida; el plato fuerte, Cartagena. Y varias copas después, medio borracho y envalentonado, la indigestión, la incompetencia, la vergüenza de ser incapaz de completar una partida de Carcassone sin someter al resto de comensales al ridículo de mi negligencia. La historia de aquel descrédito es -y será-  merecedora de una entrada exclusiva, pero aquella pifia anecdótica bañada en vodka me jodió hasta el punto de despertar mi curiosidad por ese extraño artefacto llamado "Otro tipo de juego de mesa".

Más allá de su carácter puramente ilustrativo, Dimento Raf me suministra estas fotos a modo de sutil advertencia del destino que me aguarda en su inestimable compañía.

El porqué del nombre de la sección que dará cobijo a este ejercicio lúdico, "Jugando con mi enemigo", amén de retorcido, grandilocuente y un guiño a la filmografía de Julia Roberts, no es de mi cosecha, pero intuyo que mi nula predisposición jugófila en el pasado, ciertos prejuicios algo desfasados que ya iré desgranado y el maltrato verbal sistemático sufrido con cada tentativa de aderezar nuestras quedadas con una partidita de cualquier cosa, pueden explicar su elección. No se lo reprocho y, de hecho,  hasta me pone.

Si este experimento funciona, cada semana acompañaré las sesudas reseñas de Dimento Raf con una especie de nota crítica, de crónica subjetiva, no necesariamente a modo de contrapunto hostil, de mi experiencia jugando al título que él escoja y la compartiré en este espacio para deleite de los amantes del ocio poco constructivo.

Entradas relacionadas: Les llamaban Dimento...

Dimento Earl
'Neófito pendenciero' y discípulo de Dimento Raf.

Ludoteca: préstamos y alguna adquisición vitalicia.
Ocupación actual: reciclando el karma por todas las partidas no echadas.

0 comentarios:

Publicar un comentario